Otoño, estación del año en la que vemos como los árboles poco a poco van desnudando sus ramas, vemos como poco a poco las hojas van esparciéndose por el suelo y como los barrenderos las van amontonando en las esquinas de cualquier plaza de la ciudad.
Empieza el frío. Dejamos atrás el verano, los bikinis, los helados, las sandalias, los pantalones cortos, el ir en manga corta por la calle, los días de playa... Y damos la bienvenida a los pantalones largos, los guantes, las bufandas, los gorros, los jerséis, las botas...
Vemos como los puestos de castañas van situándose en todos los rincones de la ciudad, las plazas van quedándose vacías a causa del frío...
A mi personalmente me encanta el otoño, me acuerdo de aquellos tiempos en los que era pequeña y jugaba con las hojas secas que se caían de los árboles, los días en los que cogía las castañas del suelo con mi hermana de los árboles de la plaza san juan, el hacer como que fumaba cuando me salía bao de la boca, el que mi madre me tapase la nariz con la bufanda y solo se me viesen los ojos, el comer cucuruchos de castañas en el campo grande... Puede sonar absurdo pero son cosas que por mucho que intente nunca voy a olvidar.
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