El sol está ascendiendo es una bonita mañana de febrero.
Ella se dirige a colegio, él todavía no ha ido a dormir desde la noche anterior. Un día cualquiera.
Sólo que se encuentran en el semáforo. Y por eso ese día no será como los demás.
El semáforo está en rojo.
Él la mira. La ventanilla esta abierta. Un mechón de pelo rubio ceniza descubre a trozos su cuello suave.
Un perfil delicado pero decidido, los ojos azules, dulces y serenos, escuchan embelesados y entornados una canción. Tanta calma lo impresiona.
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